Seguridad en San Juan: la Taser se suma a los patrullajes urbanos

A un mes de la puesta en marcha del uso de pistolas Taser en la provincia de San Juan, el Gobierno informó que el dispositivo de baja letalidad comienza a extenderse más allá de los grupos especiales.

En la actualidad, las autoridades están trabajando para dotar a la policía urbana con esta herramienta, pensada para reforzar la prevención del delito sin recurrir a armas letales.

El secretario de Seguridad, Enrique Delgado, detalló que hasta el momento no fue necesario utilizar las pistolas en operativos reales. 

El Gobierno provincial adquirió un total de 40 unidades, que inicialmente fueron asignadas al Grupo GERAS, Infantería y GAM. Actualmente, 16 efectivos (15 hombres y una mujer) ya fueron capacitados para operarlas correctamente. Se trata de un proceso que incluyó capacitación técnica, formación legal y práctica controlada bajo protocolo.

El jefe de Policía de la provincia, Néstor Álvarez, adelantó que el objetivo es extender progresivamente el uso de las Taser en el área céntrica y otros departamentos. “La Taser cumple una función muy efectiva en la prevención. Estamos trabajando para que también las tenga la policía urbana”, sostuvo por su parte Delgado, quien no descartó nuevas adquisiciones en los próximos meses.

Las pistolas Taser están diseñadas para inmovilizar a una persona a través de una descarga eléctrica que genera una contracción neuromuscular. Para ello, el disparo lanza dos arpones conectados por cables, que deben impactar en zonas musculares como piernas, brazos, espalda o torso. El objetivo es reducir al sospechoso sin causarle daño letal.

Los dispositivos también pueden funcionar como una picana, sin necesidad de disparar, en situaciones en las que la sola presencia del dispositivo o el sonido del arco eléctrico basta para disuadir una actitud violenta.

Delgado también aclaró que las Taser trabajan con una intensidad eléctrica muy inferior a la de un disyuntor doméstico, reforzando la idea de su seguridad operativa. Mientras los disyuntores actúan con una corriente de fuga de 30 mA, las Taser lo hacen con apenas 1,2 mA, es decir, 20 a 25 veces menos.