Once Panzas, una historia de amistad, familia y fútbol en ADEPU

Hay nombres que trascienden los torneos, y Once Panzas es uno de ellos. El histórico equipo de ADEPU nació en 2009, cuando la liga de profesionales todavía era una asociación en formación. Desde entonces, creció hasta convertirse en uno de los grupos más emblemáticos, con tres equipos activos y una cuarta categoría próxima a incorporarse.

En diálogo con Bonus Deportivo, Aníbal Bravo, Leandro Martín y Heber Mortensen compartieron su historia y la filosofía que los une: combinar competencia, amistad y familia. “Tratamos de ser competitivos, pero no nos olvidamos que somos un grupo de amigos. No se trata solo de ganar o perder, sino de disfrutar”, explicó Leandro, integrante de la comisión directiva encabezada por Enrique Giménez.

El equipo mantiene viva la tradición del tercer tiempo. “Cuando juega uno, los demás acompañamos. Heber suele encargarse de organizar todo para que los chicos tengan su asado listo. Después, ellos hacen lo mismo con nosotros. Esa es la confraternidad que buscamos”, destacó Aníbal, quien fue uno de los primeros presidentes de ADEPU.

Más allá del deporte, Once Panzas es una comunidad. “La asociación se pensó para que no solo vayan 11 a jugar, sino las familias. Hoy eso es una realidad, todos disfrutamos juntos”, remarcó Bravo. Los entrenamientos son parte fundamental de ese compromiso: “Practicamos los lunes y miércoles en Pocito, con trabajos físicos y tácticos. Cuesta levantarse al otro día, pero vale la pena”, contó Heber.

La estructura del club refleja la seriedad con la que trabajan. “Tenemos muchos hinchas, por eso nos organizamos bien. Cada equipo se encarga de lo suyo, pero siempre nos damos una mano”, explicó Leandro, quien recorre las canchas cada sábado para garantizar que todo funcione correctamente.

En lo deportivo, Once Panzas atraviesa un buen presente: los senior pelean por la Copa Plata, los veteranos buscan la permanencia y los junior sueñan con el campeonato. Pero lo más importante, coinciden, es el sentido de pertenencia. “No nos imaginamos jugar en otro equipo. Once Panzas es parte de nosotros”, concluyó Leandro, reflejando el espíritu que los mantiene unidos desde hace más de una década.

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