Uno de cada seis trabajadores del país no cubre sus necesidades alimenticias

Nacionales05/11/2025Diario UrbanoDiario Urbano

El nuevo relevamiento del Observatorio de la Deuda Social Argentina advierte que el problema alcanza también a empleados registrados y se profundiza entre quienes tienen trabajos precarios o informales.
 
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 El estudio de la UCA muestra fuertes desigualdades: la inseguridad alimentaria llega al 25% entre cuentapropistas y trabajadores del servicio doméstico.

Según el último relevamiento del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Católica Argentina (UCA), el 15% de los asalariados del país padece algún grado de inseguridad alimentaria, es decir, no logra cubrir de manera suficiente y estable sus necesidades básicas de alimentación.
 
El panorama se torna aún más crítico entre los trabajadores informales y cuentapropistas, donde la proporción trepa al 25%, reflejando el deterioro de las condiciones laborales y el poder adquisitivo.
 
Un problema que atraviesa clases y ocupaciones


El informe advierte que la falta de acceso a una dieta adecuada ya no es exclusiva de los sectores más vulnerables o desempleados, sino que alcanza también a empleados registrados con bajos ingresos. De hecho, el 7% de los asalariados formales se encuentra afectado por la inseguridad alimentaria.


En contraste, los trabajadores del servicio doméstico y los ocupados sin aportes encabezan las cifras más altas, con una incidencia del 25,3%, lo que los ubica como el grupo más golpeado por la crisis alimentaria.
Educación, estabilidad y derechos: factores que hacen la diferencia


Las brechas son notorias cuando se cruzan variables educativas y laborales. Entre los asalariados con estudios hasta nivel secundario incompleto, la inseguridad alimentaria total alcanza el 34%, mientras que en quienes poseen formación universitaria se reduce drásticamente al 4,6%.


También influye la formalidad laboral. Dentro del empleo asalariado, el 24% de los trabajadores informales sufre inseguridad alimentaria, frente a un 9,8% en el sector formal y un 14,1% entre empleados públicos. La UCA explica estas diferencias por el acceso desigual a la estabilidad, la cobertura social y los mecanismos de protección.

Horas de trabajo y regiones más afectadas


El informe subraya que la cantidad de horas trabajadas también incide. Entre los subocupados, uno de cada cinco (21,1%) tiene dificultades para alimentarse bien. La proporción baja al 12% entre quienes tienen jornada completa, aunque vuelve a subir —al 13,3%— entre los sobreocupados.

Por regiones, el Conurbano bonaerense aparece como el área más crítica, con un 18,9% de asalariados en situación de inseguridad alimentaria, mientras que en la Ciudad de Buenos Aires la cifra se reduce al 7,1%.

Jóvenes y mujeres, los más vulnerables
La UCA también advierte que la inseguridad alimentaria golpea con más fuerza a los trabajadores jóvenes: el 17,1% de quienes tienen entre 18 y 34 años se encuentra afectado. En cuanto al género, las mujeres presentan una leve desventaja, con un 15,5% frente al 15% de los varones.

En su conclusión, el estudio resalta que el empleo continúa siendo una condición necesaria pero ya no suficiente para garantizar una buena alimentación. La combinación de salarios depreciados, inflación y precariedad laboral ha extendido la inseguridad alimentaria a franjas de la población que históricamente quedaban fuera de este problema estructural.
 

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